Shhhhh, ¿Sientes el tacto? Soy yo, el Dios del bosque encantado. Aquel que tiene bucles negros como el azabache, y la voz gruesa y enérgica como tambores de guerra. Aquel que se viste con sombras y luces ininteligibles, que con sueños púrpuras y mentiras va por tu jardín como un príncipe impertinente. Sí, soy yo, quien lleva el rostro cubierto por una barba hecha de hilos de carbón, Haciendo temblar el firmamento con versos de potestades antiguas. Así que, no te asustes y permite que entre. Shhhh, ¿Sientes el roce? Nací con el don de la palabra escrita, De la mirada profunda portadora del iris color miel, y de la astucia del zorro de la primavera. Anunciando leyendas proscritas, y Dioses risueños e inmisericordes, Deseando no haberte encontrado, mortal. Porque llevas el cabello suelto, la boca extendida y la expresión insegura, y me seduces. Me seduces porque ardo en la necesidad de cuidarte, De envolverte, de consumirte. Me seduces porque soy débil para ser malo, para ser cruel, para ...
Comentarios
Publicar un comentario