Venezuela y la vida de un niño venezolano.
Nacido en las tierras donde arribaron los conquistadores, nombrada por ellos ‘Venezziola’. Soy vástago de mi padre; un hombre total, rustico y fuerte. De madre perfecta, puritana y religiosa. He vagado ya por muchas tierras, moro entonces al norte de Maracaibo, Mi ciudad. Curtido pues por las playas que nacen del lago donde los relámpagos apuñalan el cielo sin descanso. Soy un hombre más, o un contador orgulloso erguido sobre cuentas ajenas o un autor de mundos, sueños y metas, O un baloncestista quizá. También he llevado una vida rustica en el campo, Entre mitos y brujos, Entre hechizos y reservas naturales. Allá en el centro del país, donde la caída del agua dio nombre a próceres, Y las diosas beben de los fieles. Retirado me lavo en los pozos, balnearios y cascadas, Medito sobre mis antepasados mulatos, indios y mestizos. Ahí, lejos del ruido atiborrante de la ciudad, El tiempo transcurre entre humo de tabaco y dichosos momentos de éxtasis. ...