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Mostrando entradas de enero, 2025

Venezuela y la vida de un niño venezolano.

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  Nacido en las tierras donde arribaron los conquistadores, nombrada por ellos ‘Venezziola’. Soy vástago de mi padre; un hombre total, rustico y fuerte. De madre perfecta, puritana y religiosa. He vagado ya por muchas tierras, moro entonces al norte de Maracaibo, Mi ciudad. Curtido pues por las playas que nacen del lago donde los relámpagos apuñalan el cielo sin descanso. Soy un hombre más, o un contador orgulloso erguido sobre cuentas ajenas o un autor de mundos, sueños y metas, O un baloncestista quizá. También he llevado una vida rustica en el campo, Entre mitos y brujos, Entre hechizos y reservas naturales. Allá en el centro del país, donde la caída del agua dio nombre a próceres, Y las diosas beben de los fieles. Retirado me lavo en los pozos, balnearios y cascadas, Medito sobre mis antepasados mulatos, indios y mestizos. Ahí, lejos del ruido atiborrante de la ciudad, El tiempo transcurre entre humo de tabaco y dichosos momentos de éxtasis. ...

Lo que aparenta tu inocencia.

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  Ya no sigo aferrado a tu cintura, La imagen que tengo de ti está tan distorsionada, que ya no distingo cuál es tu figura. Los hilos se tensan y suben, la marioneta se desliza, pero arrancó los cables. Ya no hay guiones ni niños que lo imaginen, Y como un triste otoño, Aquella flor que se erguía con valentía muere. ¿Van a perderse los enanos del bosque en la falda de blanca nieves? O ¿Será la manzana el pecado con el que sueña la pobre doncella? Sella aquel diario bajo llave, y ocúltalo en la sombra del monte infértil. La bestia sabe como se masturba bella en el balcón, Y como los mozos recogen la lluvia. Sí ella lo hace desde la ventana como objeto de adoración, La criatura entonces será el demonio del aquelarre,  Porque las brujas vuelan, y el pecado no sólo es costumbre de dos. Porque están bajo el manzano, Y cada uno recoge su cosecha.

Intenso.

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  Sí, soy intenso, muy intenso, demasiado intenso. Mis pensamientos no van al ritmo de mi cuerpo, el tiempo no va al ritmo de mis pensamientos. Tengo tantas ideas, y no me creerías sí te dijera de ellas. ¿Sabes que puedo sentir los gérmenes caminar sobre mis manos al tocar algo? Sí, me he lavado muchas veces, demasiadas veces, incontables veces las manos. Claro me aseguré de cerrar las puertas, regresé dos veces a comprobarlo. ¿Por qué? No puedo evitarlo, hay tantas cosas que me he imaginado que podrían ocurrir por dejarlas abiertas, Y sí, la teoría de la energía inagotable de Tesla me ha quitado el sueño, también tus besos y la razón por la cual me besas de esa manera. ¿Quizás besaste a muchos? ¿Cuántos? ¿10? ¿5? ¿3? ¿Por qué el sol gira de tal manera? ¿Por qué yo soy así? ¿Habrá algo mal? No, no hay nada malo. Soy raro, único, incrédulo, perfecto. Soy yo en mis manías, en mi arrogancia inofensiva, en mis preguntas enérgicas. Sí me he asegurado de inspeccionar tus mentiras, tus ve...