Hundido.




Hundido en tus rizos ocre,

Me he rendido al instinto, y derramo sobre ti,

Mi simiente sureña.

Quedan las huellas como tinta sobre el lienzo,

Mientras ríes y yo…

me deslizo en ti una vez más.

Una nube de aire brota de tu gemido y yo siento que me tenso.

La intensidad sólo proclama tus curvas como cortes perfectos de una estatua viviente,

y, sobre mí, está el milagro.

¿Qué tan grande es el mundo debajo de ti?

¿Qué tan hermoso puede ser el amanecer si no puede estar detrás de tu cabeza cuando te poseo?

Tus uñas se han clavado en mi espalda y yo en ti me he anclado como una embarcación inerte a la orilla del puerto.

Desde aquí el mundo me parece diminuto, y tu cuello terso y tus sonidos rítmicos intensos.

Me has maravillado, me has ofendido y doblegado

Como un niño pequeño al que han castigado y premiado,

Cuidado y defendido.

Pero sigo allí, debajo de ti,

Debajo de la cúspide rosa de tus colinas femeniles,

Mientras tu danza de la fertilidad me perturba los sentidos,

Y tu vientre grácil me da la bienvenida como esposa casta a su promesa.

Oh, dulzura.

Déjame derrotado bajo tu arrebatadora existencia.

Deja que me someta. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

¡Shhhh!

Venezuela y la vida de un niño venezolano.

He decidido pintarte.