Retórico.
Continúas alimentando a un ser que no podrás controlar, Que nació para atiborrarse de tus deseos y el de las otras doncellas. No, no te quitaste los botones y te liberaste el torso porque deseabas. ¿No lo ves? Cada jugada, cada paso que doy, fue meticulosamente previsto. Y me gusta pensar cuántas escapatorias tendrías en mis manos. Si es que te permito alguna. Oh, estrellita. Me place tu contoneo febril de chica mala que sólo va hasta a su destino, Porque el Dios del Bosque así lo quiso. Y hoy soy esa divinidad. ¿Vas a mirarme con esa sonrisa? ¿Te impresiona la longitud de aquello que me hace hombre? Querías jugar y soy adicto a este juego. Ahora, arrodíllate. Necesito que evoques una plegaria, Necesito que te conectes a tu Dios. Esa boca suave, obscena, provechosa Queda mejor con tus súplicas al pie de la cama, Y soy el único que puede oírlas, y entenderlas. ¿Lo ves? ¿Lo escuchas? Es mi coro de delicias en el claro oscuro de lo que llamo 'La estancia' Pero no es más que nues...